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Σάββατο 13 Αυγούστου 2022

La decisiva intervención militar del la R.P de China en Taiwan...

La decisiva intervención militar del la R.P de China en Taiwan es el principio del fin de "un país, dos sistemas" (China), así como de "un mundo, dos sistemas". 

Es el comienzo del dominio globalizado del socialismo.
 
La visita breve, provocativa, así como temerosa y desesperada de Pelosi a Taiwán y la respuesta duradera, justa y decisiva de la República Popular de China a la misma, muestran el fin de la "coexistencia pacífica", de "un país, dos sistemas" (China) y de "un mundo-dos sistemas" (capitalismo-socialismo): "Otro mundo -no dos- es posible, el socialista".

El contenido social histórico de clase de esta consigna de los movimientos alternativos progresistas y de izquierda -independientemente de la vacilante forma de "posible"- es que el socialismo-comunismo no solo es posible, sino NECESARIO, ÚNICO E INEVITABLE, PARA LA SOBREVIVENCIA, LA PAZ Y PROGRESO PERMANENTE DE LA HUMANIDAD, CONTRA LA GUERRA Y EL NAZIFASCISMO, EN TODAS SUS FORMAS, DEL CAPITALISMO - IMPERIALISMO. Por eso J. Posadas tenía como bandera del trotskismo-posadísmo “LA VIDA SIN LA LUCHA POR EL SOCIALISMO NO TIENE SENTIDO”.

El “un país-dos sistemas” era parte de la concepción y los intereses materiales contrarrevolucionarios de la burocracia abiertamente procapitalista y traidora de los Partidos Comunistas y Estados Obreros. Particularmente, en el caso de China, fue el resultado de la burocracia corrupta y asesina de revolucionarios, la de Deng Xiaoping. Era parte de las concepciones e intereses de las burocracias de coexistir y ser alimentadas, de toda forma material, por el sistema capitalista. Aquellos de los burócratas que no lo hicieron conscientemente inmoralmente, sirvieron como "idiotas útiles" al capitalismo-imperialismo, ya que los utilizó -como a los burócratas conscientemente contrarrevolucionarios- para tratar de imponer un sistema único, el suyo, en el mundo, o al menos la unipolaridad. Con la lucha de clases de los pueblos y naciones oprimidos y explotados sometida a este unipolarismo. El capitalismo-imperialismo quería imponer el "fin de la historia" de la lucha de clases y revolucionaria y sus ideologías y conquistas socialistas-comunistas, en "un mundo-un sistema", el capitalista.

El curso inexorable, necesario e inevitable de la lucha de clases y revolucionaria y la Transición al socialismo-comunismo no permitió que el capitalismo-Imperialismo alcanzara este objetivo reaccionario y retrogrado, bárbaro, bélico y nazifascista, ni un día, ni siquiera en el período de los traidores burócratas más grandes de la historia, Gorbachov y Yeltsin en la URSS. Es este camino y Transición necesaria, posible e inevitable al socialismo lo que ahora obliga a todas las direcciones que están -incluso burocráticas y pequeño burguesas y/o aun burguesas- en el campo de clase, revolucionario y socialista a formar -objetivamente por ahora- el Frente Único Anticapitalista-Antiimperialista, teniendo como centro la alianza profunda y extensa de la Federación Rusa con la República Popular de China-Estado Obrero "sui generis”.

Pelosi, representante del capitalismo-imperialismo yanqui y mundial, con su rápido "fue - vio la reacción - y se retiró" de Taiwan mostró la crisis final y total de descomposición, debilidad y agonía mortal de este sistema a escala mundial. Y desde el campo contrario, el del anticapitalismo-antiimperialismo y el socialismo, tanto la intervención de la Federación Rusa en Ucrania -como la hemos analizado y saludado-, como la actual intervención militar decisiva de la China Popular en su propio territorio Taiwan, no sólo son parte de los necesarios golpes preventivos contra la guerra atómica y el nazifascismo imperialista, "para que el sufrimiento de la humanidad por esta guerra inevitable sea el menor posible" (J. Posadas), sino también la entrada final de la humanidad en el “ajuste final de cuentas” en el "enfrentamiento sistema contra sistema" (J. Posadas) y el triunfo final del socialismo-comunismo en todo el mundo.